El cuarto de la tarde fue recibido por Posada de Maravillas por verónicas con gusto para que posteriormente le diera una feísima voltereta en la que lo prendió por lugares muy feos afortunadamente sin consecuencias importantes aparentes. Sí que lo dejó sin aire, por lo que durante varios minutos debió reponerse en el callejón de la fortísima voltereta sufrida, presumiblemente con alguna fractura de costilla que posteriormente exteriorizaría con la muleta. Arrancó con muchísima personalidad en el centro del anillo, ya sin chaquetilla, con el cartucho de pescao para aprovechar de forma fantástica las embestidas del novillo al natural, con gran conjunción ante la transmisión.
Fuente: cultoro

Torero y experto en tauromaquia. Bloguero y apasionado del mundo del toro. Comparto mi experiencia como torero en trajesdeluces.com y en el blog detorero.com .